martes, 15 de febrero de 2011

Diálogo 1.6.6


Mira, esto funciona así: “¡Hola Tom! ¿Qué tal?”. Pero, en realidad, no hay ningún Tom ni ningún “yo” distinto de Tom. Aun así, la vida sigue, y Tom y yo disfrutamos mucho de nuestra conversación. No hay por qué negar nada: la auténtica espiritualidad es la vida cotidiana tal y como es. ¡Qué maravillosamente corriente! ¡Y qué absolutamente extraordinaria! El milagro en una simple conversación. Si de verdad nos diéramos cuenta de este milagro, no buscaríamos nada más porque nos bastaría con la vida cotidiana. Y el secreto está en que, obviamente, con eso basta.
Por tanto, claro que existe la idea de la separación, pero en el fondo no es más que eso: una idea.

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