viernes, 29 de octubre de 2010

Diálogo 1.1.2


Sin embargo, cuando se desenmascara el espejismo de la individualidad, lo que suele suceder es que ese espectáculo pierde su protagonismo, su peso específico, su seriedad, y se siente la profunda e inalterable sensación de que todo está bien con respecto a todo lo que surge; una sensación de alivio, un alivio que no tiene nada que ver con un “yo” personal. Este alivio siempre constituye el corazón de todas las cosas y, sencillamente, está ahí, esperando pacientemente… a que se termine la búsqueda. Y de repente, sin previo aviso, el desahogo se revela por sí solo. Llámalo gracia o llámalo despertar, lo que sucede es eso, de forma innegable.

Jeff Foster

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