martes, 15 de febrero de 2011

Diálogo 1.6.6


Mira, esto funciona así: “¡Hola Tom! ¿Qué tal?”. Pero, en realidad, no hay ningún Tom ni ningún “yo” distinto de Tom. Aun así, la vida sigue, y Tom y yo disfrutamos mucho de nuestra conversación. No hay por qué negar nada: la auténtica espiritualidad es la vida cotidiana tal y como es. ¡Qué maravillosamente corriente! ¡Y qué absolutamente extraordinaria! El milagro en una simple conversación. Si de verdad nos diéramos cuenta de este milagro, no buscaríamos nada más porque nos bastaría con la vida cotidiana. Y el secreto está en que, obviamente, con eso basta.
Por tanto, claro que existe la idea de la separación, pero en el fondo no es más que eso: una idea.

lunes, 7 de febrero de 2011

Diálogo 1.6.5


A nivel práctico, uno sigue relacionándose con la gente de forma completamente normal. A nivel práctico, siguen existiendo dos cuerpos, uno aquí y otro ahí. Puedo seguir dirigiéndome a ti como si fueras una persona distinta de mí, y ése es el gran misterio, la paradoja divina: ¡no existe ni un tú ni un yo –en el sentido de que no existen dos entidades reales distintas entre sí- pero, aparentemente, hay un tú y hay un yo! No hay por qué rechazar el juego del “tú y yo”, no hay por qué rechazar nuestra condición de ser humano. Basta con percibirla. Percibirla en toda su claridad es acabar con ella.